miércoles


No sé desde cuando estás en mí, no desde cuando estás aquí. Desde que me he dado cuenta de que estabas el mundo parece un poco menos cruel. Ni siquiera me da tanto miedo mirar al sol. Los atardeceres nunca habían tenido tanto sentido. Y que nuestro (no)miedo se manifieste con cualquiera de nuestras (no)palabras. Y entre suspiros y memorias, que van y vienen, que atraviesan cualquier realidad, las cosas parecen un poco más sencillas. A veces, por fin entiendo lo que susurras, y me invaden sólo ganas de sonreír, entiendo lo que quieres decir. A veces parece que hasta podamos hablar el mismo idioma, entendernos al fin. Para alguna vez decirte, quizá, que uno de nuestros besos medirá el resto de los besos de mi vida.

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