lunes


No dudaría en seguirte los pasos, si eso supusiera en mí, desventuradas sonrisas. Hace un tiempo, que mis sonrisas demuestran más mi extrema sensibilidad, antes de significar felicidad.Me contaron que las mentiras dejaron de suponer el descuido de una verdad. Salían a las calles mentirosos siguiendo un compás desconocido, respondiendo mecánicamente a los escalofríos. Y hay centenares de cosas que quisiera decir, pero todas y cada una de ellas son verdades, y las temo. Lo tanto que un día callé, hoy golpea mi mente sin ninguna compasión. Y si irme sin más no se me diera tan bien, habría cumplido la lista invisible que emerge en mi cajón. Lograron convertir mis días en precipicios, de los cuáles supe huir, desconociendo mi paradero. Un precipicio no podía significar un final. Y no sé si fue porque huí, pero los días sin magia son los peores en mis recuerdos. Todo parece haber cogido otro pulso, enmendando las palabras no recicladas. Me contaron también que los miedos compartidos, son más fáciles de llevar.

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